Economía

Las mexicanas se llevan lo peor en la desigualdad: sus salarios son 47% menores a los hombres

04/08/2019 - 12:05 am

Actualmente, cerrar la brecha salarial de género es uno de los principales retos a nivel internacional. En México, apenas en 2018, el Inegi elaboró por primera vez una base de datos de los ingresos dividido por sexo, lo que ya permite dimensionar el tamaño de la desigualdad entre hombres y mujeres, incluso para aquellas que tienen doctorado.

Ciudad de México, 4 de agosto (SinEmbargo).- La desigualdad en México es tan notoria que una colonia con altos niveles de pobreza puede ser colindante a una de las más exclusivas. Pero al hacer un acercamiento para conocer quiénes cargan con esa desigualdad, los números exhiben que son las mujeres, sin importar si son jóvenes, mayores de 60 años, indígenas o no, con o sin doctorado, con o sin hijos.

La Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2018 elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), presentada el pasado miércoles, mostró que a nivel nacional, los ingresos de la población crecieron apenas 0.3 por ciento, lo que es considerado un cambio imperceptible. Ocurrió lo mismo con la brecha salarial de género.

Los datos recabados entre agosto y noviembre de 2018 muestran que las mujeres ganan hasta 47 por ciento menos que un hombre.  En total, el salario de un hombre es de 21 mil 962 pesos y el de una mujer, de 13 mil 595 pesos, 38 por ciento menos.

Por rango de edad, el ingreso promedio trimestral de un hombre de entre 12 a 19 años, es de 38 por ciento mayor; el de uno de 20 a 29 años, es 33 por ciento mayor; el de uno de 30 a 39 años, es 38 por ciento mayor; el de 40 a 49 años hasta 39 por ciento mayor; el de uno de 50 a 59 años es 40 por ciento mayor y para los mayores de 60 años o más, la diferencia es la máxima: 47 por ciento.

Los Ingresos De Mujeres Y Hombres En México Fuente Inegi

Esos datos exhiben que la vida económica de una mujer, desde el inicio de su actividad productiva no le redituará al nivel de un hombre y esa condición, lejos de disminuir, avanzará a lo largo de los años y de poco servirá su preparación.

De acuerdo con la medición del ingreso promedio trimestral por nivel de escolaridad, una mujer que solo estudió la primaria, ganará 47 por ciento menos que un hombre; una con secundaria, 46 por ciento menos; una con preparatoria, 32 por ciento menos; una con carrera profesional, 30 por ciento menos y una mujer con posgrado, 44 por ciento menos, lo que demuestra que la profesionalización, lejos de aminorar la brecha a mayor nivel, la incrementa.

La Brecha Salarial Según Nivel De Escolaridad Fuente Inegi

La brecha salarial entre hombres y mujeres en Guatemala, Honduras y El Salvador no es la peor de la región, es la de México. Aquí, las mujeres tendrían que trabajar un mes extra al final del año para igualar el salario que recibe un hombre.

De acuerdo con el Segundo Informe del Observatorio de Trabajo Digno, organizado por Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, las condiciones de trabajo son adversas y lo son más para las mujeres y peor si tienen menos de 30 años. Para las mexicanas hay mayor desempleo, menos remuneración y mayor carga de trabajo en servicios de cuidado y labores domésticas.

En entrevista con SinEmbargo, Rogelio Gómez Hermosillo, coordinador del Colectivo, dijo que este problema que es notorio es al mismo tiempo el más invisibilizado y que no se concibe aún como algo anormal. Y agregó que como Inegi reúne los cinco componentes del ingreso, la aportación únicamente por trabajo podría ser menor.

Cuando los datos se cruzan con escolaridad, continuó, es evidente que el salario menor no se debe a que estén preparadas o no, sino que es discriminación en el mercado laboral.

“El mercado discrimina a las mujeres y hace falta más política pública por parte del Estado para cuidados de la familia. La brecha de género por lo menos son dos cosas: una, hay menos mujeres participando en el mercado laboral, no porque no quiera, sino porque no pueden. Dos, las que tienen ingreso laboral reciben menos que un hombre y además más trabajo doméstico”, comentó.

LA BRECHA DE GÉNERO

La ENIGH 2018, una mujer dedica 57.7 horas en promedio a la semana, frente 38 de los hombres. Una mujer que trabaja, realiza trabajo doméstico y además cuida a miembros del hogar, dedica 78.5 horas a la semana en promedio, lo que serían hasta 11 diarias, más de una jornada laboral. El 27 por ciento de las mujeres solo se dedica al trabajo doméstico.

El salario de una mujer con cuatro hijos o más, es de 7 mil 774 pesos, frene a 24 mil 778 pesos que puede ganar un hombre. Si una mujer tiene tres hijos, tiene un ingreso promedio trimestral de 12 mil 023 pesos y un hombre, 27 mil 370 pesos; con dos hijos, una mujer gana en promedio 16 mil 195 pesos y un hombre casi el doble: 30 mil 107 pesos.

Solo el 56.9 por ciento de las mujeres recibe prestaciones laborales. De ese sector, la mayoría, por arriba del 70 por ciento, tienen crédito de vivienda, vacaciones con goce de sueldo, aguinaldo y servicio médico. Pero las menos tienen servicio de guarderías o tiene tiempo para cuidados maternos.

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De las que tienen cuatro o más hijos, solo 36.6 por ciento tiene este servicio, a pesar de que el 42.5 son subordinadas.

El 80 por ciento de las mujeres sin hijos tienen un trabajo, pero por cantidad de hijos la cantidad disminuye: 76 por ciento de las mujeres que tienen un hijo trabajan y de las que tienen dos a tres hijos trabaja el 66.7 por ciento.

A pesar de la brecha salarial de género, las mujeres reportaron a la ENIGH gastos exclusivos de mujeres y pueden gastar hasta el 38.4 por ciento de su ingreso en artículos para cuidados personales y 38.4 por ciento en servicios para el cuidado personal.

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Daniela Barragán
Es periodista por la UNAM, con especialidad en política por la Carlos Septién. Los últimos años los ha dedicado al periodismo de datos, con énfasis en temas de pobreza, desigualdad, transparencia y género.
Daniela Barragán
Es periodista por la UNAM, con especialidad en política por la Carlos Septién. Los últimos años los ha dedicado al periodismo de datos, con énfasis en temas de pobreza, desigualdad, transparencia y género.
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